jueves, 17 de mayo de 2012

Pastor Maldonado: un déjà-vu con tinte latinoamericano


El venezolano Pastor Maldonado se ha bautizado en la Fórmula 1 con una soberbia victoria en el GP de España, batiendo con propiedad a un bicampeón de la talla de Fernando Alonso y a su Ferrari recargado. Pero, más allá de las incidencias de la carrera, y más allá del hecho que fue otro latinoamericano el artífice de la última victoria de Williams, hasta ese momento (a manos de Juan Pablo Montoya, en el GP de Brasil de 2004), existe un paralelismo entre las historias de Maldonado, Montoya y de los dos primeros pilotos venezolano y colombiano en la historia de la Fórmula 1.

Johnny Cecotto se convirtió, en el año 1983, en el primer piloto venezolano en llegar a la máxima categoría, después de ser bicampeón mundial de motociclismo, lo que hizo que tal decisión fuera criticada. A diferencia de Maldonado, Cecotto no consiguió apoyo en su país, lo que le forzó a buscar apoyo en Italia, en donde lo consiguió, pero para apenas debutar en el modesto equipo Ensign Theodore (apodado cariñosamente ET, en analogía con la película de Steven Spielberg), para hacer pareja con el colombiano Roberto José Guerrero, quien había hecho su debut la temporada pasada, apoyado por Café de Colombia.

A pesar que el ET era un carro de fondo de tabla (puede hacerse cierta analogía con el HRT de ahora, o con el Minardi de fines de los años 90), con un presupuesto famélico y sin los avances técnicos y tecnológicos que tenían los autos punteros (es de recordar que estamos en la época de auge de los motores turbo), Cecotto y Guerrero lograron figuraciones significativas en algunos Grandes Premios; el colombiano logró clasificar 14º en Jacarepaguá (la mejor clasificación de ET en todo el año), y el venezolano logró llegar 6º en Long Beach, marcando así su único punto en la categoría, así como repetidos 10º, 11º y 12º puestos en varias carreras durante la temporada, resultados que pudieron ser más y mejores, pero que no fueron posibles por la falta de fiabilidad del carro. A pesar de ello, y gracias al tesón y habilidad de sus pilotos, ET logró, al final de la temporada, ponerse a la par con los mejores autos no-turbo en ese momento, como Williams y ARROWS, debido en parte a que estos dos equipos habían abandonado el desarrollo de su auto del año para enfocarse en el del año siguiente, con miras a incorporar un motor turbo en sus carrocerías (ET perdía una media de seis segundos por vuelta con el puntero Brabham BMW Turbo de Nelson Piquet, campeón a la postre en ese año).
Johnny Cecotto, durante el GP de Holanda, en Zandvoort, 1983

Tristemente, el equipo ET no pudo disputar el último GP del año, en Kyalami, por falta de presupuesto, y la dupla Guerrero-Cecotto llegó a su fin: El colombiano, al no poder captar la atención de otro equipo de F1, migró a los Estados Unidos, donde tuvo gran figuración en la IndyCar, llegando dos veces segundo en las míticas 500 millas de Indianápolis, mientras que Cecotto logró hacerse lugar en el nuevo equipo Toleman, para hacer dupla al año siguiente con un joven novato brasileño, un tal Ayrton Senna... Aunque el carro era bastante más competitivo que el ET, el venezolano nunca tuvo el mismo carro que la estrella brasileña en ciernes, dado, en parte, a que el equipo tenía preferencia por Ayrton, quien contaba con mayor apoyo económico. Finalmente, Cecotto tuvo un accidente terrible en la víspera del GP de Gran Bretaña, producido por una deficiencia en el ensamblaje de su vehículo, que puso punto final a su trayectoria en F1 de manera abrupta. Aún así, el venezolano pudo recuperarse y continuó su carrera automovilística en la categoría de euro turismos, y corriendo en prototipos, consiguiendo un 8°lugar en las 24 horas de Le Mans de 1996.

La trayectoria de Roberto José Guerrero se vio ampliamente superada por Juan Pablo Montoya, primero, al ganar las 500 millas de Indianápolis en la primera vez que participó, y segundo, a debutar en al F1 con un auto puntero, a ganar una carrera en su año de debut, y a convertirse en uno de los rivales más serios del entonces reinante Michael Schumacher, con una combinación de pilotaje agresivo y carácter picante y algo irreverente. El mismo caso se está dando con Cecotto y Maldonado, con ciertas diferencias entre las trayectorias de los dos pilotos contemporáneos: Maldonado nunca pasó por los Estados Unidos, dando el salto a la F1 al ganar el campeonato de la GP2 de manera aplastante en 2010, título que alcanzó Montoya en 1998, cuando la categoría era conocida como la Fórmula 3000 Internacional, pasando de ahí a la entonces llamada fórmula CART; también cuenta el hecho que Montoya llegó a la F1 únicamente por mérito propio, mientras que Maldonado recibió (y aún recibe) ayuda de la petrolera estatal PDVSA (he aquí una diferencia con la trayectoria de Cecotto, quien nunca fue apoyado por empresas de su país), a pesar que ambos debutaron en la misma escudería con una diferencia de 10 años, y a la personalidad de sus pilotos, en donde la arrogancia de Juan Pablo contrasta con la humildad y mediaticidad de Pastor.
Pastor Maldonado por delante de Fernando Alonso, GP de España, 2012.

Un Déjà-Vu histórico está ocurriendo entre pilotos "bolivarianos", y la historia está apenas comenzando, ya que el Williams de hoy está despertando de un letargo de más de 6 años, desde la época que rompió vínculos con BMW. Sé que todos los aficionados a la Fórmula 1 estaremos atentos a los logros de Pastor Maldonado, y si es capaz de igualar o, incluso, superar, lo que hizo Juan Pablo Montoya en su momento.