miércoles, 29 de abril de 2009

Hermann Tilke: Seguridad Vs. Espectáculo

Hago esta pregunta a ustedes, queridos lectores, seguidores de este blog y fans de la Fórmula 1: ¿Qué hubiera sido del pasado GP de Bahrein si la FIA no hubiera reformado tan drásticamente los autos y si Bridgestone no hubiera decidido llevar compuestos de llantas tan diametralmente opuestos, y el espectáculo se hubiera dejado únicamente en manos de la naturaleza del circuito? ¿O si no hubiera llovido ni en Malasia ni en China?

Muy seguramente, hubieran sido carreras total y absolutamente quietas, somníferas y completamente predecibles; en resumen, una procesión de autos, donde la estrategia en boxes lo es todo, por encima de las habilidades innatas de cada piloto. Y los circuitos que son más propensos a caer en esta monotonía son, esencialmente, los llamados tilkenianos, en referencia a su diseñador, el arquitecto Hermann Tilke.

A Tilke se le reconoce la habilidad que tiene tanto para diseñar circuitos técnicos, con curvas de casi todo tipo, como la visión artística y de estilo en cada una de sus obras (Las graderías de Malasia y la casi que faraónica recta de meta de Shanghai son dos ejemplos claros), así como para poner especial cuidado en materia de seguridad, complementando los trazados con escapatorias, trampas de grava o fuertes muros de contención, según el caso.

Esto haría, en principio y según Mosley y Ecclestone, un circuito perfecto para acoger una carrera de la máxima categoría del automovilismo, pero ha quedado en evidencia en estos últimos años la poca popularidad y la escasa emoción de los Grandes Premios que hospedan estos circuitos "de última generación".

Actualmente, buena parte de los circuitos actuales que acogen un Gran Premio de Fórmula Uno son tilkenianos, y casi todos sufren del mal ya reseñado: Sepang, Sakhir, Shanghai, Estambul, el nuevo Höckenheim (que parece que ya no regresará por cuestiones económicas), Yas Marina (Sede del nuevo GP de Abu Dhabi) y, el que es a mi concepto, el peor de todos los circuitos diseñados por Tilke: El Valencia Street Circuit, sede del GP de Europa (¡ni más ni menos!), uno de los más promocionados al inicio del año pasado y, por derecho, una de las carreras más importantes del calendario.

Y no van a ser los únicos: muchos de los países que pretenden entrar a la Fórmula Uno, o que entrarán en un futuro próximo, como Corea, India, Rusia, Bulgaria, el renovado Donington Park, e inclusive, proyectos que aún siguen en el papel, como los circuitos callejeros de París y de Roma, serán (o ya son, en ciertos casos) tilkenianos. Muchos entrarán, ya sea de manera apretada en el calendario, o en detrimento de otros circuitos más clásicos y no tilkenianos, como Montreal, Magnycours, Silverstone, e incluso, catedrales como Spa y Monza están en la lista de "desbancables".

Si así va a ser la Fórmula 1 del futuro, no harán falta hegemonías al estilo Schumacher-Ferrari para volver aburrido y predecible al campeonato del mundo, sino, sencillamente, el imponer el estilo de un arquitecto con mucha clase, pero con poco sentido de lo emocionante. Muchos extrañan (extrañamos) ya al apretado Montreal, al revirado, histórico y técnico circuito de Imola, a las largas rectas en medio del bosque bávaro del antiguo Höckenheim, e inclusive, a pesar de lo aburrido, al mismo Magnycours y su asfalto liso. Por el bien del deporte, abominaciones como Sepang o el Valencia Street Circuit deberían dar paso a sitios que proporcionen más emoción, sin importar que sean menos seguros, como Montecarlo, o menos glamorosos, como Interlagos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario