miércoles, 8 de abril de 2009

Lewis Hamilton: ¿"Un niño prodigio" o, simplemente, "un niño"?

Lo que sucedió con Hamilton y las mentiras que le dijo a la FIA respecto del incidente en carrera que tuvo con Jarno Trulli no es un caso aislado; no es la primera vez que el piloto británico da de qué hablar respecto de su comportamiento dentro de la pista, y de la posición que toma al respecto de sus actitudes.

El episodio de Australia es tan sólo una muestra de su falta de carácter, al acomodar sin ningún reparo su versión de los hechos, a petición del equipo, para no perder el podio ganado a costillas de la sanción impuesta al italiano de Toyota. Inicialmente había dicho a los medios la verdad, que le habían ordenado dejar pasar a Trulli cuando éste se había salido de la pista con el Safety Car en ella, perdiendo la posición con Hamilton, pero luego le dijo a la FIA que Trulli lo pasó de manera intencional.

Este hecho, ya conocido como el "Liegate", es para muchos la gota que rebosó la copa en materia de las contemplaciones que se han hecho en torno al piloto de McLaren, donde, en algunas de éstas, también debe involucrarse al equipo por ser, o bien, cómplice, o bien, gestor de algunas de las acciones que han generado controversia en estos últimos dos años.

En el caso del "Liegate", sí es cierto que Hamilton no es el directamente implicado, al haber sido el equipo el que lo obligara a mentir, pero no le quita culpa al piloto por no haberse opuesto a esta determinación, que finalmente dejó sin puesto al director deportivo de McLaren, Dave Ryan, que fue usado, prácticamente, como "un chivo expiatorio" del problema.

Pero, en otras ocasiones, ha sido la actitud de Hamilton en pista la que le ha ocasionado problemas. Son de recordar casos como el estúpido accidente en boxes de Canadá el año pasado, ocasionado porque Hamilton ignoró los semáforos, o la polémica maniobra en Bélgica, en la que el británico corta una chicana para superar a Kimi Räikkönen, para luego dejarlo pasar, pero superarlo antes de la siguiente curva, o la largada del pasado GP de Japón en Mount Fuji, donde frenó demasiado tarde y sacó de la pista a los dos pilotos de Ferrari, haciéndoles perder muchas posiciones. ¿O quién no se acuerda de su manera de manejar detrás del Safety Car, en el GP de Japón de 2007, en el que se vio claramente en un video aficionado que Hamilton se puso a la par del Safety Car para después frenar bruscamente, por lo que, Sebastian Vettel, de Toro Rosso, se confundió y acabó estrellándose contra Mark Webber, de Red Bull, arruinando una muy buena carrera para ambos?

Puede que Lewis tenga mucho talento, pero algunas de sus actitudes dejan mucho qué pensar respecto de su personalidad y de su manera de reaccionar ente las cosas que pasan a su alrededor. Quien haya visto las disculpas en público que Hamilton hizo ante la prensa por lo de Australia, le habrá parecido ver, con seguridad, a un niño regañado que pide disculpas por una travesura hecha.

Ahora queda ver las consecuencias del "Liegate": Ya rodó la primera cabeza (un inocente, que es lo peor), y, aunque el piloto británico fue descalificado del GP de Australia, falta escuchar la posible sanción que la FIA le pueda imponer al equipo, que puede ser tan grande, e incluso, peor, que la del "Stepneygate" de 2007 (el caso de espionaje a Ferrari), la cual fue la exclusión del Campeonato de Constructores y una multa de 100 millones de dólares. Lo sabremos la próxima semana, a la vez que la FIA dará un fallo respecto de los difusores de Brawn, Williams y Toyota. Sin duda, será una semana decisiva para el futuro de la temporada 2009...

1 comentario:

  1. Tus articulos son muy buenos, pero te recomendaria que le pussieses algunas imagenes, asi luciran mejor visualmente, y seran mas llamativos

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